MUJER EN LA CALLE, FUNCIONARIA EN PRISIÓN
María
Dolores Cid Fernández, nació el 1 de septiembre de 1973 en Vilar de Barrio, un
pequeño pueblo de la provincia de Ourense.
Empezó a estudiar Filología Inglesa en la
Universidad de Vigo. A los dos años lo dejó y se preparó las oposiciones de
Ayudante de Instituciones Penitenciarias. Ha trabajado en varias prisiones
(C.P. de Brieva, en Ávila, C. P. de Villabona en Asturias y C.P. de Alcalá de
Guadaíra). Actualmente tiene su plaza en el Centro Penitenciario Sevilla 1.
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¿En
qué consiste tu trabajo?
Mi trabajo consiste en organizar y
supervisar el reparto de los productos de limpieza y vestuario de la prisión,
con la ayuda de tres o cuatro internos de confianza (presos que muestran buen
comportamiento.
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¿Cuántas
horas trabajas?
Trabajo siete horas y media al día, de
lunes a viernes. Treinta y siete horas a la semana.
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¿Cuándo
empiezas tu jornada? ¿Cuándo la terminas?
Empiezo
a las 7:45 y salgo a las 15:15.
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¿Te
gusta tu profesión?
La verdad es que creo que hay
profesiones mejores y si volviera a ser joven habría estudiado más para
trabajar en otra cosa.
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¿Tuviste
alguna dificultad por ser mujer?
Yo personalmente no. Aunque la mayoría
de funcionarios e internos son hombres, yo no he tenido ningún problema por el
hecho de ser mujer. Aunque compañeras mías si los han tenido.
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¿Cambió
algo tu vida personal tras comenzar este trabajo?
Mi vida personal cambió mucho. Primero
porque me tuve que ir a vivir a otra ciudad. También por el turno de trabajo
que tenía entonces. Trabajaba cuatro días y descansaba otros cuatro, con turnos
de noche, lo que dificultaba compaginar la vida laboral y personal.
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¿Trabajan
muchas mujeres en tu oficio?
Hay aproximadamente un 75% de hombres y
un 25% de mujeres.
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¿Crees
que este trabajo es más apto para hombres que para mujeres?
En determinadas áreas (por ejemplo en
interior y sobre todo en servicios concretos como el módulo de aislamiento), es
más apto para los hombres porque se necesita más fuerza física, (en situaciones
problemáticas). En área mixta, que es una mezcla de trabajo de oficina y
trabajo con internos, y en el área de oficinas, es indiferente si eres hombre o
mujer.
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¿Tiene
algún tipo de dificultad añadida que las mujeres participen en esta profesión?
En el área de interior hay funcionarios
que piensan que una funcionaria estorba en determinadas situaciones. Si se
presenta una pelea entre internos, o alguna situación conflictiva, a la
funcionaria la dejan en la oficina y entran los funcionarios al módulo a
resolver el problema, por lo que muchas veces prefieren que no haya
funcionarias de servicio.
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¿Existe
algún tipo de acoso o agresión a las mujeres en este trabajo?
En alguna ocasión si se ha dado algún caso de acoso por parte
de un interno hacia una funcionaria. Las agresiones son más raras. También se
han dado casos de acoso de funcionarios a funcionarias, aunque no es lo
habitual.
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¿Por
qué llegaste a ejercer esta profesión?
Cuando dejé la Universidad buscaba un
trabajo estable y, dentro de lo que cabe, bien remunerado. Pregunté en una
academia que preparaba oposiciones y me hablaron de las oposiciones a
prisiones. Me dijeron que la convocatoria saldría pronto y que era no era de
las más difíciles de aprobar, ya que no se presentaba mucha gente. Empecé a prepararlas en octubre de 1994 y el
7 de mayo de 1996 empecé a trabajar en la prisión de Ávila como funcionaria en
prácticas.
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¿Qué
tiene de gratificante?
Lo único que yo le encuentro de
gratificante es el sueldo, el horario y algunos compañeros, algunos de los
cuales se han convertido en mis amigos y casi familia.
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¿Qué
es lo más duro?
Lo más duro es el tipo de gente con la
que tenemos que convivir a diario. Me refiero a los presos. Allí está lo peor
de la sociedad: asesinos, ladrones, violadores, estafadores, traficantes…todos
juntos y tratando de engañarte a todas horas…Eso te afecta y hace que al final
te vuelvas desconfiado.
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¿Qué
consejo darías a los que quieren ejercer esta profesión?
Primeros les diría que intenten buscar
otra profesión más gratificante. Y si siguen queriendo trabajar en esto, les
diría que intenten hacerlo lo mejor posible. Y, sobre todo, que intenten que
les afecte lo menos posible a su vida personal.
María Dolores es un ejemplo de que las
mujeres pueden realizar trabajos duros con la misma eficacia y capacidad que un
hombre. En algunas ocasiones además, la particular forma de ser de las mujeres
(ternura, paciencia, comprensión...) hace que en este tipo de trabajos se
resuelvan los conflictos de una forma más adecuada que con la utilización de la
fuerza física.
LUCÍA PEREZ, PABLO
FONTELA, MIGUEL HERNÁNDEZ 1º B
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